Diagnóstico
La Dra. Morcuende realizará varias pruebas diagnósticas para saber cuál es el diente o dientes que están generando el problema. Fundamentalmente estas pruebas son la palpación, percusión, masticación y vitalidad de la zona para poder localizar el diente causante.
Para un correcto diagnóstico es imprescindible realizar una radiografía inicial. En nuestros centros en Vallecas y Moratalaz disponemos de la última tecnología en radiovisiografía para disminuir al mínimo la radiación a la que exponemos al paciente siendo un 90% menor que la radiología convencional y obteniendo además una imagen de mayor calidad.
Preparación del diente a tratar
Es fundamental informar al paciente que dependiendo del estado del interior del diente (pulpa dental) y de las variaciones anatómicas realizaremos la endodoncia en una o varias sesiones.
Después de haber diagnosticado cual es el diente causante del dolor y/o inflamación procederemos a la anestesia y aislamiento del diente. El aislamiento dental es fundamental para asegurar el éxito del tratamiento y para evitar posibles complicaciones al paciente tales como la deglución o aspiración de algunos de los instrumentos utilizados durante la endodoncia.
Apertura e instrumentación
Nuestra especialista realizará un pequeño orificio en la parte de atrás de los incisivos y caninos o de la corona en molares y premolares.
Retiraremos la pulpa o nervio enfermo limpiando los conductos y ensanchándolos para facilitar el relleno de éstos con un material biocompatible.
Antiguamente esta remoción de la pulpa se realizaba con limas que iban aumentando de calibre para ensanchar los conductos lo que alargaba el tiempo de tratamiento. Hoy en día disponemos en nuestras clínicas de motores de endodoncia donde colocamos una lima que limpia y ensancha los conductos de manera mecánica y no manual siendo una técnica más efectiva, rápida y predecible.
Obturación o sellado tridimensional
Una vez los conductos donde iban los nervios están limpios y ensanchados, nuestra especialista procederá a rellenarlos con un material específico denominado gutapercha asegurando el sellado tridimensional para evitar la posible recontaminación por bacterias.
